Sólo el perdón nos sacará de los rincones más oscuros de la historia. No sólo plumas, no sólo folklore mediático... En esa cabeza, hoy profusamente decorada, habita un genuino y sincero pesar por lo que hizo mal la Iglesia, un verdadero anhelo de regeneración, de hacer definitivamente las cosas de otra forma. El Papa ha pedido perdón por los abusos de la Iglesia a niños indÃgenas. La Vida recoja las plumas esparcidas, sane el pretérito desatino en América y tantas otras partes del mundo, sople sobre los rescoldos de las tradiciones sagradas perseguidas, perdidas. El mismo Gran EspÃritu "Wakantanka" que alentó todas las tradiciones auténticas, nos conduzca a las inmensas y fértiles praderas del reencuentro. |